Violencia Política del Estado: El Caso de la Dirección Federal de Seguridad (1947)

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Violencia Política del Estado: El Caso de la Dirección Federal de Seguridad (1947)

José Raúl González Rendón

 

El objetivo de la Seguridad Nacional es:

Preservar la integridad, estabilidad y permanencia

del Estado mexicano en sus vertientes de

seguridad interior y defensa exterior.

 

 Centro Nacional de Inteligencia (CNI).[1]

 

Una vez concluida la lucha armada por el control del poder revolucionario, entre Venustiano Carranza y el Grupo Sonora (integrado por Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Adolfo de la Huerta), se inició la fase de creación del sistema político mexicano. Tiempo después, tras la muerte del general Obregón en julio de 1928, el entonces presidente electo, su predecesor, Calles, tuvo la misión de contener una potencial rebelión de los militares afines a Obregón y, en un grado más relevante, la necesidad de crear un mecanismo que institucionalizara el poder revolucionario,[2] hasta ese momento, representado en las figuras carismáticas de los caudillos.

Así fue como nació la idea de crear un partido de Estado, capaz de cohesionar a los diferentes grupos sociales que habían participado en las contiendas armadas de 1910 a 1920. El Partido Nacional Revolucionario (PNR), funcional entre 1929 y 1938, fungió como el prototipo que sentó las bases de la futura organización política del país. Durante la administración del general Lázaro Cárdenas, el partido se transformó y pasó de una estructura basada en partidos regionales y estatales, a una organización de carácter corporativista, integrada por cuatro grandes sectores; obrero, campesino, popular y militar. Éste fue el Partido de la Revolución Mexicana (PRM).

En 1946, durante la transición política de presidentes militares a civiles, encabezada por el general Manuel Ávila Camacho y el abogado Miguel Alemán Valdés, se renombra el partido y se constituye como el Partido Revolucionario Institucional (PRI), emblema del legado revolucionario, fortalecido por sus sectores controlados por centrales como la Confederación de Trabajadores de México (CTM), la Confederación Nacional Campesina (CNC) y la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP). Así, la estructura de partido de Estado, fuerte y legitimado se sumó a la del titular del ejecutivo federal.

Esta mancuerna hizo posible la permanencia del PRI en el poder, desde la fecha de su creación, hasta el año 2000. Sin embargo, la unión de todas las fuerzas sociales, a través del partido y con obediencia absoluta al presidente de la república, no puede explicar totalmente la conservación priista del poder. Entonces, resulta innegable la presencia de otras instituciones con diversos métodos para sostener el régimen posrevolucionario que gobernó durante la mayor parte del siglo XX. En este contexto, es que podemos insertar la creación de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), aparato de inteligencia al mismo tiempo que policía política, la cual nació juntó con el recién creado sistema político antes mencionado.

¿Cuándo, por qué y bajo qué circunstancias se creó la DFS? ¿A qué intereses respondió? Estas dos preguntas serán las que guíen la investigación a continuación expuesta. Para ir más allá de la especulación sobre su creación, funcionamiento y desarrollo, mediante fuentes secundarias, es fundamental conocer la información que la propia Dirección generó de manera interna, por lo que una muestra de trabajo de archivo es la condición que permite explicar el presente trabajo, mismo que se divide en dos partes: la primera, dedicada al análisis interno de una fuente primaria consultada, y la segunda, con el análisis externo de bibliografía secundaria, que permite contextualizar, llenar vacíos de información y problematizar el tema abordado.

 

Análisis Interno: La DFS En Sus Propios Informes

 

El documento consultado se titula: “Panoramas Internacional y Nacional en cuyo contexto nació y se desarrolla la Dirección Federal de Seguridad”, actualmente resguardado por el Archivo General de la Nación (AGN).[3] Para empezar, como características generales del documento (mecanografiado), se puede mencionar que éste formaba parte de un engargolado, mostrando las perforaciones que tiene verticalmente del lado izquierdo, y ahora sólo está cubierto por la portada y la contraportada de un folder tamaño carta, perforado y asegurado por un broche en la parte superior. No tiene portada oficial, fecha o autor en particular, tampoco está numerado y, en la esquina superior izquierda, aparece tanto el escudo nacional como el título de las siglas de la DFS como membrete.

En general, el documento se encuentra en buen estado. Además de la introducción, se divide en seis capítulos que, a su vez, se dividen en varios subpuntos. Es importante mencionar que el último capítulo está incompleto, pues faltan los tres últimos apartados. En cuanto a dicha estructura del documento, se conforma de la siguiente manera: Introducción. Capítulo I.- La Posguerra. Panorama Nacional. Capítulo II.- La Dirección Federal de Seguridad. Capítulo III.- Las críticas a la Dirección Federal de Seguridad. Capítulo IV.- Políticas de Selección, Reclutamiento, Capacitación y Promoción de Personal. Capítulo V.- Programas de la Dirección Federal de Seguridad. Capítulo VI. – Consideraciones Generales. Por cuestiones de extensión, solamente se analizarán los aspectos más sobresalientes que refieren tres capítulos.

«En términos de contexto histórico, los antecedentes de la Federal de Seguridad se remiten a su creación por orden presidencial. Sus primeros integrantes fueron selectos egresados del Heroico Colegio Militar. Además del trabajo de inteligencia, una tarea prioritaria de este cuerpo fue la seguridad del ejecutivo federal.»

En términos de contexto histórico, los antecedentes de la Federal de Seguridad se remiten a su creación por orden presidencial. Sus primeros integrantes fueron selectos egresados del Heroico Colegio Militar. Además del trabajo de inteligencia, una tarea prioritaria de este cuerpo fue la seguridad del ejecutivo federal. Esta situación llama la atención, tomando en cuenta que el Estado Mayor Presidencial (EMP) tenía la misma tarea, por lo que sus funciones llegaron a chocar entre ambas organizaciones.[4] Este documento, de algún modo, escribe su propia historia.

Introducción

En primer lugar, se hace la exposición de objetivos y la enunciación de la estructura del documento. Las consideraciones que se realizan, a decir de la propia dirección, son consideraciones basadas: “en la concepción moderna de las políticas de seguridad nacional”, las cuales se sustentan en el bienestar de los individuos que conforman un país y la aceptación de estos últimos hacia las estructuras políticas del Estado.[5] En este mismo orden de ideas, la falta de una vivienda digna, trabajo, salud, educación, recreación y seguridad personal, es decir, la falta de bienestar, en el más amplio sentido de la palabra, es vista como la principal causa de las perturbaciones sociales, entendidas como irrupciones violentas que afectan la estabilidad política.

Por lo anterior, los gobernantes y los gobernados, se apunta en la introducción, deben estar vinculados para que el desarrollo de políticas que hagan los primeros impacte positivamente en la vida de los segundos. Sumado a lo anterior, se establece que la seguridad nacional: “es un elemento de vital importancia para la existencia de un Estado”. Son dos tareas primordiales las que los organismos encargados de ella tienen que realizar, por un lado, deben detectar los motivos de inquietud social, su vinculación con elementos disidentes (sean nacionales o extranjeros), así como identificar sus fuentes de financiamiento y, por otro lado, tienen que neutralizar o anular a todos aquellos que pretendan beneficiarse de la inestabilidad social.

«La principal tarea de este aparato de inteligencia fue perseguir y eliminar a todos aquellos grupos o individuos considerados como una amenaza a la estabilidad social.»

Para no pasar por el alto el eufemismo que implica la afirmación anterior, se debe expresar claramente: la principal tarea de este aparato de inteligencia fue perseguir y eliminar a todos aquellos grupos o individuos considerados como una amenaza a la estabilidad social. Por todo esto, la Federal de Seguridad tuvo la encomienda de atender estos fenómenos y responder según sus atribuciones. Además, el documento señala que el campo de acción de las instituciones de seguridad nacional estuvo determinado en función de la importancia que las autoridades concedieron a los objetivos nacionales. Dicho de otra manera, los propósitos que el régimen estableció como meta fue lo que posibilitó el margen de maniobra de la DFS.

 

Capítulo III

La crítica a la DFS es el tema del tercer capítulo contenido en este documento gubernamental. Creo que es importante que una organización de la naturaleza de la Federal de Seguridad se haya preocupado por su imagen ante la percepción social. Entonces, lo primero que se escribe es que los principales críticos de la institución fueron los mismos que planearon y fomentaron actividades de desestabilización social. Además, las críticas esgrimidas no fueron tomadas como válidas, en tanto que no argumentaron “razones genuinas”, sino más bien se trató de propaganda subversiva. Por ejemplo, en el caso de facciones políticas al interior de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) y el Frente Nacional Contra la Represión (FNCR).

«Una situación que afectó profundamente la imagen de la institución fue la actuación de algunos agentes en diversos tipos de delitos, tales como robo, extorsión, desaparición forzada y abuso de poder.»

En un segundo orden de ideas, una situación que afectó profundamente la imagen de la institución fue la actuación de algunos agentes en diversos tipos de delitos, tales como robo, extorsión, desaparición forzada y abuso de poder. En el documento no se especifica claramente cuáles fueron los predominantes, y se responde que todo se debió a que ciertos delincuentes utilizaban credenciales falsas para cometer ilícitos. Se acepta que, en algunos casos, si hubo agentes que delinquieron, sin embargo, son los casos menores. Para sustentar lo anterior, se menciona que desde 1982 a la fecha (de generación del documento), se recibieron denuncias en contra de 129 agentes, de las cuales solamente tres fueron efectivas, encarcelando a tres agentes.

«La DFS puso especial atención a la penetración socialista en el país, identificando a la inteligencia ruso-cubana como su principal promotora. De ello se desprende que la Federal de Seguridad haya detectado el surgimiento de grupos guerrilleros, dedicados al secuestro, atentados, asaltos, asesinatos y demás sabotajes, en complot con agentes de inteligencia extranjera. Pero también, la institución no dejó de monitorear el crecimiento y propagación de organizaciones como sindicatos y agrupaciones con fines de mejora social.»

Capítulo VI

Hacia la última parte del documento, se hace un resumen general de toda la información presentada hasta ese momento, en orden cronológico. Como primera conclusión, se dice que, desde su creación, la DFS puso especial atención a la penetración socialista en el país, identificando a la inteligencia ruso-cubana como su principal promotora. De ello se desprende que la Federal de Seguridad haya detectado el surgimiento de grupos guerrilleros, dedicados al secuestro, atentados, asaltos, asesinatos y demás sabotajes, en complot con agentes de inteligencia extranjera. Pero también, la institución no dejó de monitorear el crecimiento y propagación de organizaciones como sindicatos y agrupaciones con fines de mejora social.

En términos generales, se reconocen fallas gubernamentales en atención a problemáticas sociales, como la desigualdad, la pobreza, la falta de buenas condiciones de vida en entornos rurales y, en general, de oportunidades en sectores desprotegidos, no obstante, no se señalan problemas estructurales en el régimen, como su carácter autoritario y represivo. Así como también el problema de la corrupción o el tráfico de influencias, presente ya desde estos tiempos. Como cierre al documento, se dice que la DFS fue la protagonista de la lucha en contra de las amenazas a la “Seguridad Nacional”, en tanto que mantuvo informado al ejecutivo federal en todo momento, vigilado opositores políticos, detectado riesgos y ataques al gobierno, investigando grupos y asociaciones radicales con medios violentos, entre otras acciones destinadas a neutralizar a cualquier tipo de enemigos para el Estado mexicano. Eufemismo que, reitero, implicó el asesinato o desaparición de disidentes políticos, calificados como una amenaza.

 

Análisis Externo: Primeros esbozos por estudiar la DFS

 

En las últimas dos décadas se han publicado diferentes trabajos periodísticos que abordan brevemente este tema. El interés por la guerra sucia y los métodos de represión utilizados por el Estado, impulsaron averiguaciones sobre la propia Federal de Seguridad y algunos de sus más representativos funcionarios, como Miguel Nazar Haro y Fernando Gutiérrez Barrios.[6] Ambos fueron militares profesionales, dirigieron la institución en diferentes ocasiones, ocuparon puestos en múltiples áreas de seguridad nacional, y encabezaron la estrategia de vigilancia, seguimiento, detención, tortura y desaparición de estudiantes, activistas, guerrilleros y demás disidentes políticos.

Cuando se hace el cruce entre libros periodísticos, investigaciones académicas como la de Sergio Aguayo[7] y documentos oficiales de la DFS, como el que se analizó previamente, no queda exactamente claro cuándo se creó oficialmente dicho aparato de investigación. Lo cierto es que, entre el primero de diciembre de 1946, fecha en que tomó protesta Miguel Alemán, y el primer trimestre de 1947, se delinearon y sentaron las bases para crear a la corporación. De ese modo es como lo explica Aguayo: “No se conoce la fecha exacta de creación de la DFS o el decreto que le dio vida (quienes vivieron los inicios no se ponen de acuerdo y hablan de diciembre de 1946 o enero de 1947). El primer documento oficial que menciona a la DFS es de marzo de 1947 y en él se confirma que dependía directamente de la presidencia de la República”.[8]

Por otro lado, en términos internacionales, el escenario posterior a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), de amplia tensión entre Estados Unidos y la URSS, exigió la creación de un aparato de investigación y operación de alto nivel, que pudiera reaccionar a las necesidades y problemáticas nacionales y extranjeras. Aguayo documentó que, desde la revolución constitucionalista, existieron organismos dedicados al espionaje, la generación de inteligencia y otro tipo de actividades confidenciales. Venustiano Carranza creó en 1915 la Sección Primera, dirigida por Dolores Betancourt. Más adelante, con el triunfo constitucionalista, la sección se institucionalizó y se incorporó a la Secretaría de Gobernación (SEGOB), secretaría a la que han pertenecido la mayoría de los servicios de inteligencia mexicanos.

Las relaciones diplomáticas influyeron notablemente en la formación inicial de la DFS. A pesar de que en 1947 también se creó la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el modelo en el que se basó la Federal de Seguridad estuvo inspirado por el Buró Federal de Investigación (FBI), a diferencia de la central, precedida por la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), un organismo propio de la inteligencia militar; el buró databa de principios del siglo XX y se convirtió en la principal agencia de investigación criminal, adscrita al Departamento de Justicia. De ahí se puede entender que haya sido utilizado como modelo a seguir. Según Rafael Rodríguez Castañeda, se trató de un “FBI de huarache”,[9] creado a solicitud del presidente.

Incluso, el peso de Estados Unidos fue más allá de la simple relación bilateral. Durante los sexenios de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) y Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), se desarrolló una operación encubierta entre la CIA y altos mandos del gobierno mexicano (incluidos ambos presidentes), denominada LITEMPO, en la que la central estadounidense pagaba sueldos a diferentes funcionarios mexicanos a cambio de información sobre rusos y soviéticos en territorio nacional. La relación de informantes se extendió a importantes agentes de inteligencia como Nazar Haro y Gutiérrez Barrios.

«El mayor problema con la creación de esta institución es que no fue un servicio de inteligencia dedicado a la investigación y operaciones de alto nivel para fines estrictamente institucionales, pues su origen, de lealtad y dependencia a la figura del presidente de la república, significó una atadura a sus órdenes y deseos, aunado esto a que su concepto de seguridad nacional le permitió un amplio margen de maniobra. En la práctica, esto se confirmó en las numerosas actividades de espionaje en contra de opositores al régimen de la época.»

El mayor problema con la creación de esta institución es que no fue un servicio de inteligencia dedicado a la investigación y operaciones de alto nivel para fines estrictamente institucionales, pues su origen, de lealtad y dependencia a la figura del presidente de la república, significó una atadura a sus órdenes y deseos, aunado esto a que su concepto de seguridad nacional le permitió un amplio margen de maniobra. En la práctica, esto se confirmó en las numerosas actividades de espionaje en contra de opositores al régimen de la época. Entonces, se puede afirmar que los primeros intereses a los que respondió, al menos en sus primeros años de existencia, fueron a los de los titulares del ejecutivo federal. De esto casi no se ha hablado cuando se trata del poder que amasó el sistema presidencialista a lo largo del siglo XX.

Jorge Carrillo Olea, teniente coronel del ejército mexicano y principal arquitecto del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) en la década del ochenta, lo señala claramente:

 

Un servicio de inteligencia estratégica que cubra todos los ámbitos de interés nacional es indispensable para la concepción y ejecución de toda política esencial para la nación. Ese servicio no está presente en la vida nacional. La vieja práctica del fisgoneo en beneficio de los intereses personales del presidente pasó a la historia en más de 30 años, en 1985, con la desaparición de la Dirección Federal de Seguridad (DFS); viciosa costumbre que, por desgracia, dio recientemente señales de resurgir.[10]

 

Sólo es en este sentido como se puede comprender, en todas sus dimensiones, la génesis de la Dirección Federal de Seguridad y una clara expresión de la violencia política. En un Estado autoritario como el mexicano en el siglo XX, la dictadura del partido fuerte y el presidente todopoderoso no eran instrumentos suficientes para mantener vigilado y controlado a todo el territorio nacional junto con sus posibles amenazas, fueran internas o externas. Además, el contexto de la incipiente Guerra Fría demandaba, a todas luces, que el país se incorporara al juego de espías, por el que se caracterizó dicho proceso histórico.

Arnaldo Córdova lo explica de la siguiente manera: “En la conformación del sistema mexicano de poder, su legitimación por medio del derecho, el dispositivo formalista, pero legitimador también, de la representación política, y la separación de poderes no alcanzan a definirlos por sí solos, pese a estar presentes contribuyendo a organizar y consolidar este sistema de poder, que se da todo en torno al gobierno fuerte”.[11] Además de este gobierno fuerte, resulta indudable el peso de la figura del presidente, sobre la cual se puede especular acerca de si sus raíces se vinculan al fenómeno del caudillismo, y que el mismo autor apunta esta idea: “El presidencialismo se sitúa en los movimientos sociales de modernización u occidentalización. En nuestro país, por lo demás, el presidencialismo se impone mediante la lucha contra el caudillismo y sólo al cabo de su más completa destrucción”.[12]

Luego es que se entienda la preeminencia del ejecutivo federal como garante de la investidura presidencial y del sistema político. Como conclusión, se puede decir que, en México, como una consecuencia directa de la posguerra, en el contexto internacional, y del arribo de civiles a la presidencia, en el contexto nacional, se hiciera necesaria la creación de un aparato de inteligencia que pudiera salvaguardar los intereses del régimen político recién fundado. La Dirección Federal de Seguridad, oficialmente creada en 1947, representó esto y más, en tanto que fue creada por órdenes directas de Miguel Alemán, y que perduró como un servicio a los intereses de la máxima autoridad política del país hasta la presidencia de Miguel de la Madrid.

En todo lo anterior, no es claro si el documento analizado previamente se trató de un documento de carácter interno, o bien, de información generada para destacar los logros de la propia dependencia y justificar su existencia, ya en la década del ochenta. La posibilidad de que la DFS se encontrara al tanto de los cambios que el presidente Miguel de la Madrid implementaría en ese servicio de inteligencia, podría servir como argumento para esclarecer la existencia de dicho documento. Sin embargo, analizar el origen, trayectoria, funcionamiento y los saldos que dejó la propia Federal de Seguridad, sigue siendo un trabajo pendiente, al menos desde el campo de la historia, que no del periodismo.

 

 

Notas

[1] Gobierno de México, “¿Qué es la Seguridad Nacional?”, en Centro Nacional de Inteligencia, [en línea], <https://www.gob.mx/cni/documentos/conoce-que-es-la-seguridad-nacional?idiom=es>. [Consulta: 18 de febrero de 2020.]

[2] Para mayor contexto de este período cf.: Tzvi Medin, El minimato presidencial: historia política del Maximato (1928-1935), pp. 13-53.

[3] Debido a que la desclasificación de los archivos secretos de la policía política data de 2018, las bases de datos que los albergan son independientes de la base tradicional del archivo. La clasificación del documento antes mencionado es la siguiente: Fondo IPS/DFS, caja A20, 26/103, A-11-C-3-494, legajo 7, expediente 009-005-002.En adelante, el documento se citará como: DFS, Panoramas internacional y nacional…, AGN.

[4] Órgano técnico militar que tuvo la misión fundamental de proteger al presidente de la república, según información del 2015, contaba con la participación de 2,021 efectivos, entre los que había militares y civiles. Con altibajos funcionó desde la posrevolución hasta el 2018. Gobierno de México, Presidencia de la República EPN, Estado Mayor Presidencial, 02 de noviembre de 2015, [en línea], <https://www.gob.mx/epn/acciones-y-programas/estado-mayor-presidencial-14579>.

[5] A diferencia de esta definición, actualmente el CNI, define a la inteligencia para la seguridad nacional como: “información especializada que tiene como propósito aportar insumos a los procesos de toma de decisiones relacionados con el diseño y ejecución de la estrategia, las políticas y las acciones en materia de Seguridad Nacional.” Centro Nacional de Inteligencia, ¿Qué es la Inteligencia?, 18 de febrero de 2020, [en línea], <https://www.gob.mx/cni/documentos/que-es-la-inteligencia>.

[6] En 2013, Rafael Rodríguez Castañeda publicó El Policía. Perseguía, torturaba y mataba, libro en el que se trata el papel de Nazar Haro como principal jefe de la represión oficial. Mientras que en 2017, Fabrizio Mejía Madrid, escribió Un Hombre de Confianza, historia novelada en la que se narran los últimos años de vida política de Gutiérrez Barrios. Huelga decir que el estilo de ambas obras, predominantemente narrativo, produce una falta de rigor para conocer las fuentes de información que utilizaron.

[7] Cf. Sergio Aguayo, La Charola. Una Historia de los Servicios de Inteligencia en México, p. 413.

[8] S. Aguayo, ibid, p. 62.

[9] Rafael Rodríguez Castañeda, El Policía. Perseguía, torturaba y mataba., p. 15.

[10] Jorge Carillo Olea, Torpezas de la inteligencia. Las grandes fallas de la seguridad nacional y sus posibles soluciones, pp. 11-12.

[11] Arnaldo Córdova, La formación del poder político en México, pp. 47-48.

[12] Ibid., p. 49.

 

 

Bibliografía

AGUAYO, Quezada, Sergio, La Charola. Una Historia de los Servicios de Inteligencia en México, Grijalbo, México, 1999, p.413.

CARILLO, Olea, Jorge, Torpezas de la inteligencia. Las grandes fallas de la seguridad nacional y sus posibles soluciones, Ediciones Proceso, México, 2018, pp. 11-12.

CÓRDOVA, Arnaldo, La formación del poder político en México, Serie Popular Era, México, 1979, pp. 47-48.

GOBIERNO DE MÉXICO, “Qué es la Seguridad Nacional?”, en Centro Nacional de Inteligencia, [en línea],

<https://www.gob.mx/cni/documentos/conoce-que-es-la-seguridad-nacional?idiom=es>. [Consulta: 18 de febrero de 2020.]

_________________, “¿Qué es la Inteligencia?” en Centro Nacional de Inteligencia,  [en línea],

<https://www.gob.mx/cni/documentos/que-es-la-inteligencia>. [Consulta: 18 de febrero de 2020.]

_________________, “Estado Mayor Presidencial” en Presidencia de la República EPN, [en línea],

<https://www.gob.mx/epn/acciones-y-programas/estado-mayor-presidencial-14579>. [Consulta: 18 de febrero de 2020.]

MEDIN, Tzvi, El minimato presidencial: historia política del Maximato (1928-1935), Ediciones Era (Colección Clásicos), México, 1982, pp. 13-53.

MEJÍA, Madrid, Fabrizio, Un Hombre de Confianza, Grijalbo, México, 2017, p. 221.

RODRÍGUEZ, Castañeda, Rafael, El Policía. Perseguía, torturaba y mataba., Grijalbo, México, 2013, p. 146.

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